Una de meninas

Velazqueando, que es gerundio.

Ya sé que el post de hoy seguramente debería estar relacionado con Halloween, que es mañana... Pero bueno, a una la inspiración le pilla así y no tiene a quién reclamar. Espero que mañana lo pases de miedo rodeada de cosas espeluznantes, ¡pero hoy tocan las meninas!

Siempre me ha flipado este cuadro por el misterio que lo rodea y por la cantidad de spin-offs que ha tenido hasta el día de hoy. Las he visto reinventadas de muchas maneras. En otros cuadros, en esculturas, en graffitis... En Ferrol, ciudad de donde proviene el 80% de mi familia, hay un barrio forrado de graffitis de meninas en todos los estilos imaginables. Es una pasada, tengo que enseñártelo algún día.

Decorar una calabaza

¿Por qué optar siempre por lo terrorífico?

Vale, se supone que Halloween debe ser terrorífico. Se supone que todo tiene que ser blanco, negro y naranja. Verde y morado, a lo sumo. Pero no sé, a mí es que no apetece nada meter ese Halloween en mi casa... 

No me entiendas mal, a mi me encanta Halloween tanto ahora como cuando era pequeña. Vivía en una urbanización cercana a la base americana de Rota, así que esta fiesta la tengo asumida desde muy niña. ¿Quién se opondría a esas alturas a una tradición que gira en torno a una noche de caza de caramelos? ¡Nadie! Es una pena que donde vivo ahora eso no se lleve. No imagino a ningún niño tocando el timbre de mi casa el sábado por la noche para pedir chuches. ¿Debería comprar por si acaso...?

Segundo aniversario ♥

Retrospectiva de nuestra boda y honeymoon.

Hoy hace dos años que el riojano y yo nos casamos y montamos nuestra pequeña familia de dos [ al menos por aquel entonces ]. Llevábamos saliendo tres años, aunque tomamos la decisión al año y medio. Normalmente dudo hasta con la elección del pan, pero con el riojano lo tenía cristalino. ¡Vete a saber por qué!
  

Disfruté mucho de los preparativos de mi boda e hice muchísimas cosas yo misma. Las invitaciones, los meseros, el seating plan, mi tocado de novia... y alguna cosa más. No todo fue sencillo, ¿eh? Organizar una boda puede ser muy divertido pero también una fuente constante de problemas y discusiones, sobre todo si procuras que todo el mundo esté contento con todo. Olvídalo, es casi imposible.

Bizcochitos de leche condensada

Confesiones de una llorona y una receta dulce.

Hoy escribo con los ojos hinchados, fíjate. Ayer echaron Por siempre jamás en la tele y no tuve más remedio que quedarme a verla, porque recordaba que me encantó cuando la vi la primera vez [ quién sabe ya hace cuánto tiempo ]. El caso es que no te puedes imaginar lo muchísimo que lloré. No sé qué me pasa desde que soy madre, pero me he vuelto de llanto híper-mega-fácil.

Antes no lloraba ni a tiros... ahora estoy en el otro extremo. Estoy viendo una peli con el riojano y por cualquier tontería se me saltan las lágrimas. ¿Le pasa a alguien más? La película de ayer la vi sola, y quizá por eso me dejé llevar y lloré como si me estuviesen quitando las tripas, pero aún así me sorprendió. Imagino que tengo alguna tensión no resuelta que ha decidido manifestarse de esta forma.

DIY : Mini macetas de colores

Brochazos para tus cactus favoritos.

Estos días estamos sólo Isabel y yo en casa. A ratos es genial porque puedo hacer lo que quiera sin que el riojano me mire como si estuviese loca, y eso, en pequeñas dosis, puede ser mucho mejor que tenerle en casa para acurrucarme por la noche. Ya sea zamparme una lata de sardinas como plato único a la hora de comer o cambiarme directamente al pijama en cuanto den las cinco de la tarde [ esto aún no ha pasado pero está en mi lista ]. Sencillamente, no tiene precio.

En ocasiones soy food blogger

Otra de las cosas que más me gustan.

Una de las cosas que más me gustan es cocinar, aunque lleve un año sin encender el horno más que para hacer pizzas. No hemos tenido mucho tiempo para auténtica cocina casera en los últimos meses, la verdad...

El cumple de Isabel

Un repasito al primer año con mi enana gordocha.

Joe, no me lo puedo creer. Hace un año a estas horas estaba esperando mi turno en monitores, completamente ajena a que en tan solo dos horas vendría la enana gordocha. Con lo largo que es el embarazo, parece mentira lo corto se hace el primer año.

Estoy atomatá

Reflexionar e inventar palabras.

Lo reconozco, últimamente estoy atomatá. Es una palabra inventada que viene a decir lo contrario que aplataná, sin que ello signifique nada bueno. Estar atomatá singifica andar por la vida estresada por tonterías. ¿Y por qué? Pues porque cuando te estresas por tonterías piensas en tonterías y acabas llorando por tonterías. Por eso y porque a veces se te quedan los ojos rojos e hinchados como tomates.