31 agosto 2018
Mis 5 propósitos de septiembre
Lo bueno de irse de vacaciones en julio es que en agosto estás de vuelta y hay una extraña pero tranquilizadora paz en todo. El resto del mundo está de viaje o silenciosamente trabajando [ este año, yo entre ellos ]. ¡Y vale! Las vacaciones se han acabado, Dios sabe cuándo volveré a ver el mar y el lunes vuelve a tener un angustioso protagonismo durante la tarde del domingo, pero currar en agosto tiene ventajas en las que nunca me había parado a pensar.
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