Media ración de verano

Hablemos un poco de las vacaciones ...

Hoy empieza septiembre, lo que también significa que empieza el fin del verano. Los días se hacen más cortos y los kioskos se llenan de todo tipo de colecciones por fascículos [ ¿ya los habéis visto? ]. A mi septiembre me gusta mucho porque vuelvo a la rutina descansada y me hago una lista de propósitos para enderezar mi vida de una vez por todas. 

Pero hablemos primero del verano, porque este año ha sido para mí muy distinto.

Me encantaría poder decir que he estado más tiempo en la playa que en mi casa, bebiendo mojitos y comiendo paella, pero no voy a mentir. Ha sido un verano complicado y poco relajado, así que ha llegado septiembre y estoy más cansada que en julio.

A principios de julio me encontraba dándome de baja del régimen de autónomos y cogiendo una amigdalitis aguda que me duró casi una semana [ ya sabes, para celebrarlo como la ocasión merecía ]. El resto del verano lo he pasado casi enteramente sin el riojano, que tuvo que irse por trabajo y sigue fuera. A día de hoy no nos hemos visto más que los fines de semana y un par de semana perdidas, rápidas y no consecutivas que ya ni recuerdo cuándo cayeron... Me fui a casa de mis padres y después a casa de mis suegros para que pudieran ver a Isabel, pero bueno... eso no cuenta como irse de vacaciones.

Añade a todo esto que me he recorrido media España, sola con la niña y todos sus bártulos, como si estuviese jugando a la oca. Que he tenido que tragarme yo sola una mudanza [ de la que espero hablaros pronto ]. Que he tomado una decisión laboral importante que me ha llevado a matricularme de nuevo en la universidad, 5 años después de despedirme de mi época de estudiante... ¡una juerga!

Así que sí, he tenido un verano estresante, he vuelto a casa cabreada y me ha sabido a poco. Me ha sabido a media ración de verano, vaya. 

Pero también ha tenido cosas buenas. Ha sido el primer verano de Isabel, y lo ha disfrutado como lo que es: una enana. Le han salido sus primeros dientes, ha empezado a ponerse de pie, se ha bañado en el mar y en el río por primera vez, ha tragado agua salada y arena, ha comido de todo lo que le daban sus tíos [ incluso la he visto chupando una pata de nécora ]... Eso y muchas otras cosas no relacionadas con la maternidad han hecho que siga siendo verano.

Aún me queda otra media ración que, espero, sea un poco mejor y más relajada. El riojano aún tiene una semanita de vacaciones bajo la manga y pensamos aprovecharla a tope. ¡Hay que coger fuerzas antes de empezar el curso!