25 septiembre 2015

Vacaciones a la zamorana

La media ración de verano que faltaba.


¡Por fin llegó la otra mitad de las vacaciones! Han sido muy cortitas y han pasado un poco de largo porque hemos dedicado una parte a comprar y montar muebles de Ikea, pero han sido vacaciones. Como estábamos muertos [ yo aún no he resucitado al 100% ], decidimos que iríamos a algún lado pero que no iríamos muy lejos. ¿Solución? Zamora.




Cuando el riojano me lo propuso, dudé. No sonaba ni exótico, ni emocionante, ni ná. Veía las fotos de la gente en la playa, en infinity pools y demás ostentaciones de lujo y felicidad... y dudaba un poco más. Pero estaba tan cansada que aceptaba cualquier cosa, aunque fuesen 2 días y medio en Zamora. ¡Cómo me alegro de no haber guerreado un poco!

Llegué a Zamora muerta y sin muchas expectativas, pero me llevé una gran sorpresa. Es una ciudad muy bonita y llena de contrastes. Pero de los de verdad, no de esos de campaña de turismo. Tiene 23 iglesias románicas en la ciudad, todo un récord, y a la vez es una de las únicas ciudades modernistas que no se encuentran en el Mediterráneo. 




Decidimos guiarnos por la guía de Zamora en 48 horas de la Guía Repsol. Como turistas somos bastante cañeros, así que hicimos casi todo el recorrido en un solo día y el otro nos dedicamos a pasear por las zonas que más nos habían gustado: la Plaza Mayor, la Calle Renova y la zona del río.







Pero no todo es ver y recorrer en un viaje, ¿a que no? ¡El comer es primordial! Jessica de Retales & Agujas nos recomendó un montón de sitios chulos. Los comparto con vosotros por si estáis pensando en visitar Zamora: 
El Portillo de la Traición: bar de pinchos algo diferentes en la Calle Herreros. No pudimos probarlo porque justo los días que fuimos no abrían para comer, pero tenía una pinta fantástica. 
El horno: restaurante en la Calle Santa Clara, donde ponen un bacalao muy rico y vino propio de la casa.

Tapeo en la Calle Santa Clara: en esta zona de pinchos no hay que perderse el pincho moruno de El lobo, las patatas bravas de El Caballero o los tiberios del Bambú. Para mí, los mejores.
La Valenciana Shock: una heladería diferente que también pillamos cerrada y no pudimos probar. ¡La apuntamos para la siguiente!



Algunos no tuvimos tiempo de visitarlos, pero los reservamos para la próxima visita a Zamora. A tan solo 60 kilómetros de Salamanca, te aseguro que ésta no será la última. 

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2 comentarios

  1. Guapa!!! Q bien!!! Al final llegaron las ansiadas vacaciones! Seguro que has cargado pilas y tienes en mente mil cosas!! Bss
    Pd: como me está la peque!!! Para comérsela!

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    1. Gracias Eli! Ya ves, qué ganas teníamos... al final nos supieron a poco pero las disfrutamos un montón. Si estás pensando en ir a Zamora, te recomiendo lo que me recomendó a mi Jessica y la guía de 48 horas de la Guía Repsol. ¡Riquísimo y precioso todo! :P

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